La pérdida de un ser querido es siempre sinónimo de dolor y tristeza. Esas primeras sensaciones durante el velatorio y el funeral suelen ser de desconsuelo. En esos momentos, tan difíciles para los familiares es vital que el personal que acoge el duelo sea atento, discreto y eficaz. Concretamente, una de las tareas que debe llevarse a cabo con total perfección es la tanatoestética o maquillaje funerario.

El tanatoestético es el profesional que se cuida de la conservación del difunto. Procura que su imagen quede lo más pulcra posible durante el velatorio y los últimos homenajes a la persona. Para ello, se aplican ciertas técnicas que ayudan a preservar la integridad del cuerpo. Este tipo de profesión requiere una formación específica. Por esta razón en Instituto HES impartimos la doble titulación Técnico Experto en Tanatopraxia + Técnico Experto en Tanatoestética. Un curso completo para que el alumno adquiera las competencias que se requieren en la conservación de cadáver, maquillaje y psicología aplicada al sector.

Maquillaje en tanatoestética

Es probable que para muchos esta profesión sea un tanto desconocida. Sin embargo, tal y como apuntan los últimos datos publicados por la Asociación Nacional de Servicios Funerarios, este sector representa ya el 0,13% del PIB nacional. Por otro lado, cada vez más la patronal insiste en la formación de calidad de cada uno de los trabajadores que se dedican. Pues es importante rendir al máximo para ofrecer el mejor servicio funerario.

Antes de describir el tipo de maquillaje que se utiliza en tanatoestética es importante hablar, primero, de la tanatopraxia. Se trata de la fase previa al maquillaje, que acondiciona lo mejor posible la persona difunta.

Tanatopraxia, reparación del cuerpo

Esta primera fase consiste en recomponer el cadáver. En los mejores casos, una vez que la persona expira afloran gases y líquidos del interior de su cuerpo. Incluso es normal que se inflame, su cara se vea deformada y su piel se seque. De modo que el tanatopractor trata de recomponerle. Siempre usando guantes de látex, el profesional tapa los orificios de la persona con polvos absorbentes y algodón. También sella su boca y párpados con un adherente para evitar que salgan fluidos.

El tanatopractor también se cuida de la higiene del cadáver. Con la ayuda de esponjas lava su cuerpo y lo desinfecta. Si se trata de un hombre, lo afeita. Y para la piel seca le aplica crema hidratante. También acostumbran a usar cubre ojos, unas cuencas plastificadas y transparentes para evitar que los glóbulos oculares se desplacen. En caso de que fuera necesario, también se recurre a la cera y al látex para crear prótesis o partes del cuerpo faltantes.

Tanatoestética, mejorar el aspecto del difunto

Una vez que el tanatopractor ha concluido la fase de recomposición, el tanatoestético se encarga de mejorar el aspecto de la persona difunta. Utiliza maquillaje para darle una apariencia de sueño profundo y relajado, para que los familiares le vean de la mejor forma posible.

El material que se utiliza en maquillaje funerario no se diferencia mucho del convencional. Se empieza por una base correctora para disimular imperfecciones y tonificar la piel. Con los pinceles se maquillan labios, ojos y mejillas. También se utilizan polvos o coloretes, para darle un aspecto natural a su cara.

Cada caso es único, por ello en tanatoestética se debe estar preparado o preparada para afrontar cualquier tipo de situación. Así, la formación especializada en esta rama profesional es imprescindible.